Y la aurora surgió ante nosotros: sin que advirtiéramos el momento precioso, empezó a flotar sobre los pajonales un vapor sonrosado que ondulaba en la atmósfera como ligera muselina. Las estrellas se adormecieron, y en la lontananza de ópalo, al nivel de la tierra, apareció en celaje de incendio, una pincelada violenta, un coágulo de rubí. Bajo la gloria del alba hendieron el aire los patos chillones, las garzas morosas como copos flotantes, los loros esmeraldinos de tembloroso vuelo, las guacamayas multicolores.
'La Vorágine', José Eustasio Rivera
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1 comment:
Qué bien!!!! Es uno de los pasajes más hermosos de uno de mis libros preferidos!!! Pocos colombianos lo han leído...
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