Friday, February 10, 2006

Una historia desde el otro mundo



Yo conozco muy bien este otro mundo, el mundo de los gringos, de los yankees. Formo parte de este mundo. Holanda no es igual a los Estados Únidos pero se parece, y se parece cada vez más al continente verdadero gringo. Antes también en Holanda existía un tipo de analfabetismo, en los tiempos cuando muchos tampoco tenían acceso al lujo y a la educación. Pero ahora todos, o casi todos, pueden estudiar lo que quieren y más. Mis alumnos eligen estudios sin sentido sólo porque estudiar forma parte de nuestra cultura: si no estudias no eres nada. Muchas veces ni siquiera pueden pronunciar los nombres de sus carreras. Con respecto a la tele tenemos un sistema que divide las emisoras en 'las públicas' y 'las comerciales'. Las públicas tienen sus raices en una sociedad que ya no existe: en la sociedad dividida en las 'subculturas' de las distintas religiones. Había una emisora fenomenal -que todavía existe- que se llama el VPRO. Ellos mostraban cosas excepcionales, especiales, controvertidas, humorísticas, intelectuales. Pero sólo una minoritaria se interesaba por ese tipo de programas. Las otras emisoras representaban la mayoría del pueblo y se parecían. Ahora todavía existen todas pero se parecen aún más por la competencia con las comerciales. El VPRO ya ha perdido mucho terreno. Resulta que la mayoría, también la mayoría educada, elige lo estereotipado. A la mayoría de la gente no le gustan las sorpresas. A la mayoría, educada o no educada, le gusta Isabel Allende o ni siquiera leen, ni los periódicos, ni las revistas. A la mayoría no le gusta pensar, ellos solamente quieren una vida tranquila. No buscan las cosas para aprender sino buscan la 'seguridad', van a la Costa Brava donde hay "Broodje van Kootje" que es un comerciante holandés que vende los panes holandeses en las costas españolas. Se puede defender a su gente, a los colombianos de la costa que no tienen acceso a nada. Es una preocupación justificada y bonita. Pero temo que esa gente pobre vaya a hacer lo mismo que toda la gente en el mundo una vez 'liberada' de sus restricciones.

2 comments:

alcabanzo said...

Qué bien, pensé que estabas brava conmigo... por lo de la censura...
Tienes razón, es muy probable que los necesitados cartegeneros, cuando tengan satisfechas sus necesidades básicas se dediquen a cosas sin sentido: el punto es justamente ese: que tenemos derecho a hacer cosas sin sentido, como estudiar historia de las religiones o mecánica dental egipcia, no sólo a recoger basura en las calles porque no tengo más opción. tenemos el derecho de ser tan tontos como queramos y el deber de defender esa opción... Y lo de las carreras sin sentido, pues bien, aquí hay casi 40.000 ingenieros por cada 1000 técnicos (tal vez exagero, no recuerdo bien la estadística)... ¿no es un sin-sentido en un país donde no hay casi industria? Y peor aun, casi todos ellos están desempleados o subempleados.

Mori Ponsowy said...

Muy inteligente tu observación, Anita, pero es cierto lo que dice al: la estupidez general no justifica que no se intente dar igual oportunidad a todos. Cuántos talentos no florecen jamás porque ni siquiera aprendieron a leer y escribir.