Los alumnos entran, gritan, dicen: sí, profesora, y: no, preguntan a la profesora si ha ido a la peluquería, levantan la regla con una cartita puesta encima que dice: ¡ayúdame!, ponen la nota en la espalda de la profesora, se pegan con las reglas, se pegan, protestan, gritan una vez más, dicen cosas lindas como: usted lleva pendientes bonitos (pero eso siempre en pleno discurso de la profesora), se pelean otra vez, se toman las gomitas, tiran las gomitas en la clase, se ponen a cantar, se ponen a llorar, hacen bromas lindas y bromas terribles, tiran los papeles al suelo, tiran todo al suelo, cuentan sus pequeñas historias, cuentan historias sobre lo que hacen en otras clases, cuentan de todo, pero casi nunca se callan.
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4 comments:
Santa paciencia la tuya, Anita.
Por cierto, ¿Para qué Ella va dedicado el post?
Besos orgiásticos.
Ve el post anterior Ella, para mostrarte algo más del mundo de mis alumnos que a veces se mezcla con el mío (en el momento cuando lo escibí: más de lo que quería).
La Santa Ana te besa.
Algún día tuve una profesora linda como tu, también me dicto idiomas, de ella alumbraba tanto su sapiencia como su belleza, era hermosa, fue uno de mis primeros amores platónicos, era tan linda como tu, pero en versión morena. Nunca fui bueno, ni lo seré, con los idiomas, ni siquiera con mi lengua materna me fue bien. Tuve una buena profesora en el primer grado de primaria que me ayudo a perderle el miedo al abecedario que solo o agrupado formando palabras y frases, me parecía imposible de aprender. Ella me enseño a escribir y hoy es a una de las pocas personas que me dicto clases a la que le agradezco. Hace un par de días supe de ella, esta hospitalizada en el hospital donde mi madre trabaja; un cancer la esta matando y ella se quiere morir. Para mi es triste que una persona a la que le debo tanto se marche. Fui a visitarla y estaba también la maestra morena que es tan bella como tu. Hoy tiene más de 55 años y sigue tan hermosa y así seguirá... en ocasiones pienso si le hubiera dicho lo que sentía por ella... no lo se... nunca se caso. Vive sola. Dos maestras muy especiales para mi sufren hoy, una la soledad, otra el dolor de la enfermedad. Para ellas en nombre tuyo un homenaje por la labor que los buenos educadores cumplen en el mundo.
Una historia triste, aunque las que viven solas no siempre son tristes. Pero, triste sí, por tu ex-profesora que sufre el cancer.
Gracias por el homenaje en nombre mío.
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