Wednesday, September 30, 2009

La matanza de Barranquilla


En Holanda no aceptaron la crítica a nuestra cultura de la futura reina Máxima. Ella es argentina y como tal tendría que quedarse lejos de toda forma de crítica a nosotros según los holandeses. Ella puede cortar condecoraciones, pero nada más. Una crítica siempre es muy difícil para aceptar, aún más cuando venga de un extranjero. Algo así se me ocurre con la publicación de un artículo mío sobre el ambiente cultural de Barranquilla en la revista colombiana Cambio: http://www.cambio.com.co/847/index.html. Me matan. Y, tienen todo el derecho hacerlo, sólo tendrían que hacerlo con un poco más de estilo.
PD Con 'una máscara de papel masticado' no he querido insultar a nadie, ni a las mismas máscaras que dan en Barranquilla a sus invitados del carnaval de las artes y que son muy bonitas. Para mí papel masticado es papel maché, nada más ni menos.


10 comments:

Anonymous said...

uyuy provocabas reacciones enfadadas con tu articulo critico. Mejor que viajes con un nombre alias cuando regresses :-)
Anouk

Javier Pimentel said...

Ana no sirve el link al artículo.


¿Donde puedo encontrarlo?

ana said...

Puedes buscar en el sitio de la revista Cambio: www.cambio.com bajo 'sea parte de Cambio'. Y, no te asustes! (no soy tan mala persona ni tan incompetente, sólo parece que hay unos malos e incompetentes allí)

Lindo la revista claro oscuro! Y, gracias por la invitación!

Javier Pimentel said...

De hecho sería excelente que nos reseñaras tu visita a la casa/museo de Alberti para la otra edición.

O algo por el estilo.

Si tu tiempo lo permite flying Dutch-woman.

Todavía somos un proyecto en pañales.

Un abrazo,

Ahora desde San Salvador en Centroamérica...

Javier Pimentel said...

Ya encontré tu artículo. Tienes toda la razón. La Barranquilla de García Marquez era otra aunque a los Barranquilleros de ahora les duela.

Esta Barranquilla de ahora se mueve al ritmo del reggaeton y ha convertido a los cuentos en chismes.

Me encantó esto:

"(...) y desde Puerto Colombia viajaron a Barranquilla por ferrocarril. Ya en los años cincuenta allí se bebía whisky escocés y vinos franceses, tanto como ron del Caribe y cerveza colombiana. Los escritores se sentían 'de aquí y del mundo', y leían novelas de Kafka, Sartre, Camus, Hemingway y Faulkner. "

Pregúntale a un Barranquillero de ahora por lo que lee y confirmarás tus sospechas.
Yo creo que en mi atribulada ciudad se dejó de leer hace rato. No se lee ni a Sabiano (no sabía que lo habían invitado al carnaval) que es un escritor de Best-sellers.

Abrazo..

ana said...

Lo que a ti te encantó no fue una invención mía; puedes leerlo en la autobiografía de García Márquez 'Vivir para contarla' y en el prólogo de Jacques Gilard a 'Textos costeños'. El mismo Heriberto Fiorillo tambíen hizo un libro sobre la Cueva en lo que repite esas frases.
Lo que a mí no me gustó fue la arrogancia y falta de autocrítica de la 'élite' de hoy en día. No sé si en los días de García Márquez fue distinto.

ana said...

Pime, voy a hacerlo (sobre Alberti)

Javier Pimentel said...

Excelente.

Me lo puedes mandar a:

jpimentelc@revistaclaroscuro.com

Un abrazo.

alcabanzo said...

Hola Ana. Tiempos sin hablarnos. Visité tu Blog y encontré tu "artículo publicado en Cambio". Te pasa lo que le pasa al espectador de ajedrez: ve más claramente jugadas que los participantes ignoran al estar inmersos en el juego. Efectivamente lo que afirmas en tu texto sucede en la costa (si no en todo el país). Y solemos atacar a quien nos dice que no tenemos "el tercer himno más hermoso del mundo", que no somos "la gente más amable del planeta", o que no somos "el mejor vividero del mundo". En fin, espero que retomemos el contacto...

ana said...

Gracias por tu comentario. Voy a visitar tu blog y escribirte dentro de pocos días. Espero que estés bien. Un beso.