Que te cortan el pecho. Suena más que horrible. Todo el mundo pensaba que ya no podía hacer nada, que iba a quedarme en la cama llorando durante semanas. Una semana después de la operación me encuentro fenomenal. Ya escribí un relato sobre todo lo ocurrido, leí la autobiografía de Sylvia Kristel con quien pienso ir a Colombia, estoy leyendo 'El espejo enterrado' de Carlos Fuentes y esta noche vamos a cenar y ver una película fuera de la casa.
Lo que sí es horrible, es el cancer. Hasta ahora hé tenido suerte. No han encontrado metástasis en las glándulas. Pero, todavía están investigando lo que quitaron. Y nunca se sabe si todos los ratones ya se fueron. Todavía encuentro sus escrementos en la mesa de fregar.
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