"¡Aves! ¡nubes! ¡mis émulas!
¡Huéspedes de los aires!
¡Heme aquí, ya subí, ya el cielo es mío!"
Dijo liviana flecha al encumbrarse.
- Sí, repuso el cernícalo
Con retintín picante,
Más tú, ¡oh emperatriz! subes por otro;
Y por ti misma de redondo caes.
Rafael Pombo
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Y, sin embargo, los perros son perros, los negros, negros y los besos nada más que besos y esa es la gloria de lo efímero. Te beso, te ladro y bailo en torno tuyo.
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