sábado, 16 de enero de 2010
Gracias Ana querida por tus deseos sorprendentes para el año nuevo,
con una sonrisa indestructible, tu corazón ancho sobre tus labios, un postal lleno de las corrientes ganas de vivir,
belleza estimulante, así alcanzo la cumbre de la montaña alta para la vista hermosa.
Mis deseos para ti como respuesta, y también, seguro, un poco tarde.
¿Cómo apuntan las agujas en mi cara? Después de bolígrafos agotados, trizas de papel, frases rayadas, té frío en una mesa coja,
admito, ¡no es una excusa!, te escribo ahora una copa de vino 'papel de carta' para alzar, un chateau du bouge rouge, ante de ti ya un año con gusto a fruta, un año con ojeada radiante, salud, mucha inspiración y creatividad! Querida Ana, mira, sorprendido tan inesperadamente, viviendo para una entrega voraz, y el amor, es más que un guiño entre las nubes grises, ¡salud!
Baila besos bailando, saludos,
Anton Martineau